Ay, el amor, el amor… ¿Cuántas veces será que cada uno de nosotros se ha sentido filosófico aunque sea por unos segundos y ha querido ahondar en éste tema? Yo sé que por lo menos debo haberlo hecho ya unas 34676509612 veces (tal vez más) al momento. Claro, que nunca lo había exteriorizado así tan “palpable” como ahora, en una entrada de mi blog. Y bueno, que quede claro, que, como todo en éste blog, son mis pensamientos y mi forma de pensar, y eso no quiere decir que todo se aplique para cada persona que lo lea ni nada de eso. ¿Ok? Hay que aclarar eso antes de seguir, por que odio herir susceptibilidades. Y bueno, éste es uno de esos temas que logra hacerlo, así que, neta, por favor, no se claven y tomen nada en personal o como que así debe ser. Simplemente así es como yo lo veo. Aunque, claro, estaría muy chido leer comentarios y hacer algo más grande de ello con opiniones de varias personas. Por que, a pesar de todo lo que piensen de mí, mi mente es lo suficientemente abierta para leer y escuchar opiniones de la gente a mi alrededor. En fin, comencemos…

Anoche no pude dormir. Pensé demasiado en las relaciones y la pelea entre nosotros mismos por tener a alguien, o aferrarnos a esa persona, o en algunos casos, simplemente fijar nuestra vista en la persona que le gusta a alguien más sólo por ver los límites de nuestras propias capacidades y así aumentar nuestra autoestima. Es entonces cuando (como lo dice una canción mega vieja) “el amor es un campo de batalla”. La bronca es que estás defendiéndote de aquellos que alguna vez fueron tus “aliados”, y todo se ha convertido en nada más que una lucha de egos y poder. ¿Por qué? Por que le dices a alguien que equis persona te gusta, y de repente, ¡bam! Ya están “encima” de esa persona. Entonces te preguntas, ¿realmente le gusta o sólo lo hace por que yo le dije que a mí me gusta? La cosa es que generalmente sabes la respuesta, y te guste o no, esa es que sólo lo están haciendo por demostrarte que ellos pueden más que tú, y así, elevan su ego, y lastiman el tuyo. Y eso es sólo el principio.

Ahora, cuando no tienes “el problema” de los ‘amigos’ queriéndote bajar a quien te gusta, tu ligue, o tu pareja (nótese que ocupo “pareja” para que pueda aplicarse a hombres y mujeres en general, pues ambos leen éste blog, y por ninguna otra razón en especial, ¿ok?) aún tienes la cosa del autoestima. Eso de “¿Soy suficiente para ‘equis’?”, “¿Por qué ‘equis’ se fijaría en mí?” y bueno, mil cosas más. Yo sé que mucho de lo que estoy diciendo ahora tal vez se lea como contraparte a mi entrada anterior de: ”no cambies, todo está bien y tú debes ser quien eres” y pues no es así. No creo que nadie deba cambiar la esencia de quien es, y lo mantengo, simplemente estoy enfatizando la forma en que nos sentimos muchos al estar, no sé… ¿enamorados? ¿Infatuados? Y es todo. De verdad, como lo dice el título de hoy, te sientes tan lejos y tan cerca de alguien… pero no puedes hacer que deje de gustarte o que se te acerque en la manera que quisieras. Odio eso. Y conste que sólo estoy hablando de cuando te gusta alguien que NO anda con nadie más, por que entonces el problema se complica mucho más.

En serio, ¿Por qué las relaciones son tan complicadas? Y, al mismo tiempo, si no lo fueran, ¿las valoraríamos más? ¿Hay de verdad alguien ahí afuera para cada uno de nosotros? Cómo quisiera saber todo, neta. Y, aunque suene egoísta, acepto que ésta vez lo digo por mí, más que por todo el mundo. Claro, si pudiese ayudar a alguien, gustosamente lo haría, neta, pero es que este es uno de esos casos donde para ayudar, tienes que ayudarte primero. Pero, ¿de dónde se saca ese autoestima suficiente? ¿O la paciencia para saber esperar a esa persona y darle su tiempo y su espacio sin presionar demasiado y no “asustarle”? ¿Me explico? ¿Alguien lo sabe? Porque podría ocupar la ayuda en éste tema, eh. En serio.

A todo esto, hay que aumentarle la gente que no sabe lo que quiere (sin ofender a nadie) y no se decide por algo en particular contigo y te dejan “volando” siempre. Entre sentimientos, pensamientos y otras cosas. Y pues no es la cosa de que “te haga sentir mejor” o que por lograr (si es que lo logras, claro) andar con una persona, te sientas mejor contigo mismo y veas todo como un logro, “por haber convertido a esa persona en ‘tú’ persona” ( - tú, leyendo esto sabes a qué me refiero - ). Es sólo que de verdad es que te gusta, y realmente no lo ves como competencia ni nada por el estilo, solamente quieres estar con él o ella el tiempo que se pueda estar, en ese lindo mundo color de rosa que te da el enamoramiento, sobre todo, al principio, pero que siempre está ahí. Con todas las mariposas en el estómago al estar esperando ese beso que hace girar tu cabeza por esos segundos que dura el momento.

Eso sí, con todo y la incertidumbre de las relaciones, admito que la espera por el primer beso de “ESA persona”, es muy chida. Pero, wow… cómo lo quieres, ¿no? Y por más que sea padre esperar por ese beso y el momento en el que se dé, sólo quieres que suceda lo antes posible. Por que con que tú y esa persona sepan que sucedió, es suficiente. Es SU beso y de nadie más.

Y aparte de todo eso, están los celos. Esos malditos celos, que no veo nunca el por qué de su existencia, pero ahí están. Y aparecen cuando menos te los esperas. Si, muchas veces son infundados, algunas otras, innecesarios, y otras, reales. Digo, el problema real es cuando son por algo, y sientes celos por que sabes que hay algo. Pero de eso de que EN VERDAD LO SABES. Pero bueno, entonces puedes terminar todo y seguir adelante (claro, con el problema de el bajón inevitable de autoestima por haber sido parte de un engaño y el “trauma” de que te haya pasado a ti; en fin…) ; pero cuando en serio te puede, es cuando no sabes realmente qué es lo que pasa pero sientes esos celos. Hay veces que te dicen que “qué ternura” que sientas celos, y tú te dices a ti mismo: “mi mismo, te dicen que qué ternura… que chido… wow…” pero entonces te detienes y dices: “espera… ¿por qué no te dice que también de repente siente celos de ti?” y volvemos al círculo vicioso de no entender nada de las relaciones y de cómo manejar la paciencia en una relación, o al querer empezarla. Pero bueno, lo que quieres, es tener una relación (y no me refiero a sexual… y mejor ni empiezo con ese tema, ¡neta!), pero al mismo tiempo tienes todo ese miedo a tu alrededor que te da tu inseguridad y al que los celos no ayudan en lo más mínimo. ¿No es todo demasiado complicado?

Bueno, creo que ya dije de nuevo mucho, sin realmente decir nada. Pero es que todo es muy difícil y de verdad no entiendo nada. Es todo tan frustrante… que para qué seguir con ésta entrada. Así que lo dejamos por hoy, de plano.

Si alguien tiene algo qué decir, pueden escribir aquí o a mi e-mail. ¿Okay, gente? Nos leemos pronto. Espero sus comentarios. Un abrazo, y muchos ánimos y suerte para quienes esperan a ESE alguien; sabiduría para quienes lo tienen enfrente y no lo ven, y pues, para quienes ya tienen a SU alguien, cuiden mucho su relación. No hay nada mejor que saberse querido y poder querer a alguien más que a ti por un buen rato. Un beso y mejores deseos en el amor y en todo…

Josh.